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MANUAL DE MODA DEL SXX


“¿Se ha excedido Paris en su último divertimiento?”, encabezaba en la portada de Vogue en 1911, teniendo un fin: encarar la nueva moda que comenzaba en la década. Acababa de salir de los armarios femeninos los corsés. La mujer se atrevió a mostrar el tobillo y comenzó a hablarse de pantalones ¡que vulgar! todo un escándalo para la sociedad parisina y del mundo; hasta el papa Pío X tuvo que intervenir para condenar esta nueva línea que no duró por mucho tiempo. Eso sí, todo este apogeo sin duda fue gracias a la revista que hoy todos conocemos “Vogue”, que para entonces se estaba convirtiendo en todo un tutorial de moda, especialmente para las mujeres, aquellas que no querían ser de la “misma raza” o sea, del montón. Vogue, antes de ser la aclamada por las mademoiselles, solo fue un semanario de veinticuatro páginas con variado contenido dirigido a un grupo social de elite minúsculo, siendo esto último la razón de casi entrar en pánico por parte de Baldwin y sus asociados. Y es así, como Condé Nast acoge la revista, logrando encaminar su victorioso destino.


El nuevo inicio de Vogue, brindó a sus fanáticas las primeras portadas a color, al igual que las mejores imágenes por los más cotizados ilustradores George Lepape, Carl Erickson y Eduardo García Benito, que con sus imágenes representaban la influencia por el movimiento artístico del momento. Las fiestas al estilo de Luis XIV; majestuosas, lujosas y sofisticadas, se podían leer a través de sus páginas, obteniendo información de estos eventos una vez por mes. Un anuncio podría terminar en un escándalo, como también generaba deseo en aquellas mujeres que se imaginaban poder asistir y tal vez ser la musa de alguno de los diseñadores de la “belle époque”. Una, de estas magnas fiestas, “las mil y dos noches” de Paul Poiret, quien con su ingenio exhibía sus obras de arte, dejando por alto su trabajo y su nombre. Naturalmente ahí se encontraba Vogue para relatar todo lo que sucediera. Anuncios como “audaces y sensacionales” o “recatados y coquetones” fueron algunos adjetivos que calificarían las prendas más significativas. Asimismo, desde un desfile en el Hotel Plaza informaba, “el pequinés dice ahora ser el perro más elegante en Perrilandia” y se referían al spaniel inglés “en delicados tamaños que encajan perfectamente bajo el brazo”, titulares que deleitaba a su público y que sin falta estaría siguiendo todas sus pautas.

Bibliografía y Webgrafía

  • Angeletti, Norberto y Oliva, Alberto. (2006), In Vogue. The illustrated history of the World’s most famous fashion magazine, Nueva York, USA: Rizzoli International Publications, Inc.

  • Watson, Linda. (2004), Siglo XX Moda. Madrid, España: Edilupa ediciones, S.L.

  • Brown, Marianne. (2012, septiembre 12) Conde Nast Store [Blog post]. Recuperado de https://condenaststore.wordpress.com/2009/09/12/conde-nast-bio/

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